Una semana entera no disuelve ni un poco la imagen de su cara por las mañanas. Siempre es en el mismo instante, cuando nos despertamos pero aún tenemos los ojos cerrados.
Para que ese recuerdo no le molestara, él se durmió escribiendo 5 resúmenes de la historia de Macha. Como en un A4, sobre el cual unas homogéneas voces tipografiaban las letras de un siniestro Cenicienta, del cual ella era la protagonista principal.
¿En qué filosofía estará el secreto para mi corazón no se extravíe de su si

Con el dar vuelta tantísimas hojas, con el cultivo de miles y miles de caracteres que incomprensiblemente se han ido almacenando en las guardadas cuartillas de mis cuadernos, pues la verdad es que me fui convirtiendo en un bienintencionado descriptor de los paisajes que me conmueven. Pero tus pocas palabras me hicieron sospechar como un incómodo síntoma de culpa y no como una prueba de que me ames.
6 de febrero
mediodía
Ya estamos en el cuarto sábado que esta casa no sufre el pomposo alboroto de tu fija llamada mañanera. ¿Cuánto más he de esperar hasta que me llegue otra noticia tuya, mi amor? ¿Cómo no ves que sufro?
Me los ha inspirado Brad Pitt, cuando por segunda vez le veo interpretando excelentemente a un Benjamin Button exageradamente atípico. Y a su vida, que se codea con nuestra realidad como un chimpancé podría entenderse con el apolo 11, en caso de que toda la tripulación falleciera de golpe y se quedara al mando de la nave.
Respecto a la muerte, Benjamin había dicho: algunas veces venía a visitarnos un huésped bien conocido. Pues cada tantos meses o a veces años, en mis cuadernos se apoya un huésped cuyo rostro ya me memoricé. A veces los desamores visitan mi vida, y a veces soy yo quien dejo grabado a fuego su cruel emblema en las carpetas de otros corazones. Es algo así como los sellos reales usados para cerrar los sobres: pues las personas ponen su sello de desamor encima de la cera aún caliente de nuestras pasiones, y entonces permanecemos cerrados, guardando secretos magníficos, hasta que somos abiertos de nuevo por la mágica aparición de un colibrí o una mariposa.
Y ya lo ves: me has enseñado algo que demoramos en aprender. Y aun cuando nuestra singular experiencia nos diga que es cierto, nunca aceptaremos del todo: simplemente, vamos muriendo.
