viernes, 15 de abril de 2011

Tan asolado como un mar seco





21 de agosto de 2010


Me daría mucha tristeza desperdiciar esta fecha sin antes escribir algo aquí. También podría escribir cosas de Salamanca, cuyos sonidos en la carretera ya comenzaron a multiplicarse, síntoma de que esta fecha laboral ya está arrancando. La verdad que ya no tengo seguridad que me quieras o me hayas querido. Sé que alguna vez volveremos a hablar, pero mi corazón de hoy rechaza esa esperanza. Durante 7 meses los te extraño acompañaron el flujo de las horas, tan asolado como un mar seco. Pero aún tu recgreso no fue triunfal. Por eso me pregunto qué haré con todo lo que he construido si alguna vez vuelves tú.

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